18 de Septiembre del Terror

shinhy_flakes

Jinete Volad@r
Miron
Bakala
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En Chile, el 18 de Septiembre es un día en el cual se celebran las Fiestas Patrias y el aniversario de la Primera Junta Nacional De Gobierno. Pero también ocurren cosas muy siniestras en ese día, como es este caso.
No puedo creer que ese maldito día, junto con mi maldita familia, mis putos amigos, y gente muy cercana a mí, me iban a condenar por la eternidad.
No tengo escapatoria, así que, con lo poco que me queda de vida, les contaré lo que me pasó, desde el principio hasta ahora.
Todo comenzó el 18 de septiembre del año 2018, en mi querida ciudad natal Santiago, en mi hermoso país Chile. Admito que yo era un muchacho de 12 años bastante rebelde, bastante flojo, bastante malcriado, y bastante egoísta, y por eso, me he llevado muy mal con mi familia, algunas veces he tenido discusiones fuera de tono, pero era un niño de buenas calificaciones.
Hace 2 días atrás había terminado la Peña Interna en mi colegio, y en ese momento tendría unas benditas vacaciones. Bueno, ahora ya no son benditas.
El día 17 de septiembre fue todo normal, jugando en mi consola, echado en la cama como un perezoso, nada, flojeando, hasta que mi madre entró a la pieza, diciéndome feliz que iban a llegar muchos invitados a mi casa, porque iban a tener una fiesta que me iba a encantar ese día. Yo me imaginaba que eran esos típicos asados del 18, así que le dije serio que bueno, gracias mamá. Seguí con lo que estaba, también mi padre entró a la pieza, y me dijo también feliz lo mismo que mi madre, y yo le respondí que eso ya me lo dijo ella, y el me respondió que OK, y se marchó. Luego, entraron mis hermanas mayores, me dijeron lo mismo, pero con un entusiasmo indescriptible. Yo ya estaba cabreado, quería seguir con lo mío, así que les dije casi gritando que eso ya me lo había dicho mi madre y mi padre, y que me dejaran en paz de una vez por todas. Entonces ellas me dijeron que bueno, bueno, retrocediendo de la impresión, cerré la puerta en sus narices y yo, enojado, seguí con lo mío.
Mientras almorzaba, todos me echaban miradas de orgullo puro, como queriendo levantarme el ánimo, pero la verdad no le di importancia a sus estúpidos gestos, así que empecé a comer mi delicioso almuerzo.
Hasta ahí todo bien, cuando me iba a dormir, mi madre me había avisado que la fiesta sería a las 3:00 a.m., y me dijo que me acostara muy temprano. Yo extrañado, le dije "Ok", pero la verdad le bajo brillo a mi celular, para que no descubran lo que estoy haciendo por la noche. En fin, abrí mi cama y me acosté, pero no tenía sueño. Apagué las luces, pero le bajé brillo a mi celular, para que mis padres no me pillaran con él, y para así evitar otro conflicto de mierda.
Eran las 2:00 a.m., estaba jugando en mi celular Kick The Buddy, un juego que me ayuda a desestresarme, cuando mis amigos me mandaron mensajes diciendo que la vamos a pasar bien en la fiesta en mi casa, mandándome emojis felices, pero esos mensajes me importaron 3 sobacos.
Estuve en mi celular hasta las 2:30 a.m., hasta que me dieron ganas de ir al baño a orinar, y es cuando noté algo extraño en mi gran patio, donde estaban mis 3 perros. Fui a ver que era lo que pasaba, y me asusté demasiado. Había unas velas puestas alrededor de lo que era un pentagrama pintado con pintura roja oscura en spray, o eso parecía, pero lo que vi al medio me hizo llorar del susto. En medio de ese gran pentagrama había una fogata, parecía una hoguera en donde se queman a las brujas, y entremedio de la leña y el carbón ardiente, vi a mis 3 perros muertos, carbonizados por completo. Yo me empecé a asustar demasiado, a respirar histéricamente, y a sentir mucho frío, debido a que afuera estaba helado y yo estaba descalzo, con un pijama de polera de manga corta y un calzoncillo que me llegaba un poco más arriba de las rodillas, todo eso combinado con el escalofrío que sentía en ese entonces debido al terrorífico suceso que estaba presenciando. Me acerqué, traspasé las velas que rodeaban al pentagrama, me quedé mirando con terror la fogata con mis animales calcinados, cuando noto algo en la esquina izquierda de mi patio. Era una parrilla, y encima de ella, se estaban cocinando unos pedazos de carne. En ese momento, quería gritar del horror, y no era porque estaba viendo una parrilla en una esquina del pentagrama con carne asándose en ella, sino que los pedazos de carne que se estaban asando eran partes de los cuerpos de mis perros ardiendo en la fogata.
Entonces me di la vuelta para irme de allí, pero en la entrada me esperaban mis familiares, junto con mis amigos, y demás gente cercana mía, y todos tenían puestas túnicas negras, como si fueran a hacer una secta. Me miraban con expresiones de maldad, venganza, y de odio puro. Me aterroricé demasiado, solté la orina que tenía en mi vejiga, mojándome el calzoncillo de pijama, corriendo por mis piernas, mojándome los pies y formando un charco en el piso. Sabía que esto no era una broma, era algo completamente real. Les pregunté con lágrimas en los ojos que por qué habían hecho esto, que por qué mataron a mis animales, y por qué van a ser un ritual satánico. Ellos me respondieron lo siguiente:

“Hola, Carlitos. Te estábamos esperando para esta gran fiesta del 18. ¿Te gusta, mocoso estúpido? Pues ahora vas a saber cómo se castigan a los niños malcriados en el 18 de septiembre. Por eso estamos muy felices, de verte ardiendo en el infierno. ¡JAJAJAJA…!”.

Cuando escuché lo que dijeron todos, comprendí por qué estaban todos felices el día anterior; no estaban felices por la supuesta fiesta que iban a hacer este día 18 de septiembre, sino porque ese será el día en que se llevará a cabo mi sacrificio, por ser tan malcriado, tan egoísta y tan rebelde que fui con mi familia y con los demás con el paso del tiempo. Yo les supliqué llorando que no lo hagan, que ya voy a ser un chico educado y obediente, pero ellos me dijeron que ya era demasiado tarde. Les dije que ¡NOOOOOO!, pero 2 tipos me agarraron por detrás. Intenté liberarme, pero fue inútil, y me ataron a una gran cruz hecha de madera. Me ataron las manos en cada brazo de la cruz, luego me juntaron mis pies mojados de orina y los ataron, y para colmo, estaba atado con alambres de púas. Yo intentaba controlar el dolor que sentía cuando me ataban, pero era horrible, era como una tortura, y gritaba de dolor cada vez que me ataban las extremidades de mi cuerpo. Luego, mis familiares levantaron la cruz y me llevaron hasta la fogata. Yo gritaba, suplicaba, lloraba, pero ellos reían diabólicamente, y decían que cuando yo esté en el infierno, podrían vivir en paz. Yo solamente grité con todas mis fuerzas: “¡¡NOOOOOOOOOOOOOOO!!”.


Satanás llevó a este muchacho a pagar por sus malos comportamientos.
Entonces, esos malditos me pusieron en la fogata, y empecé a arder en llamas. Gritaba de dolor, no podía más, sentía que mi vida se iba, mientras todos mis familiares encapuchados que estaban ahí, se pusieron alrededor, y empezaron a recitar un lenguaje desconocido. Pasaban los segundos, yo ya me encontraba agonizando del dolor, cuando algo apareció delante de mí, en la fogata; era un individuo con cabeza de cabra y cuerpo humano. Yo grité para pedir auxilio, pero este ser me tapa la boca con su decrépita garra, y me dijo lo siguiente con una voz anormalmente grave:

“No tienes escapatoria, ahora vendrás conmigo. ¡Paga tus consecuencias! ¡JAJAJAJAJA!”.

En ese momento, ya estaba completamente calcinado, empecé a perder la consciencia, y finalmente no soporté más.
Ahora estoy en el infierno, estoy pagando las consecuencias de mis actos, no solo yo, sino también demás niños y niñas que están nadando en la lava, y pagando sus pecados. Admito que fui un malcriado, pero no era un motivo como para merecer la muerte y el peor castigo de mi vida. Bueno, ahora él me dice que me tengo que reunir con los demás niños en la lava. Nos vemos, hasta nunca.