El traficante
Diana siguió buscando asesinos hasta encontrar a su siguiente objetivo: un traficante de órganos. Este traficante era rico, por lo que ir directamente a por él no sería fácil, tenía guardaespaldas, matones...Diana esperó unos días hasta descubrir cuándo se quedaba este traficante sin "protección". Descubrió que todos los jueves, este traficante dejaba parte de su dinero en "señoritas de compañía". Diana buscó más momentos, pero este era el único momento donde podría estar a solas con el traficante y matarlo.
Resignada, pasó toda la semana planeando dónde, cómo y cuándo engañaría a su objetivo para hacerse pasar, con perdón, por puta.
Mientras tanto Randy sufrió un dolor repentino en la cara y en el brazo, haciéndole ir corriendo al hospital. Pasó toda la noche en observación y al día siguiente, le dieron el alta. Sin embargo Randy ya no estaba igual, su cara y su brazo estaban increíblemente quemados. El dolor que sufrió era espantoso. Al día siguiente no fue a la comisaría. Cuando regresó, su compañero y amigo Benjamín le preguntó qué le había pasado. Randy contestó:
- Un accidente doméstico, con el fuego.
- Joder, tiene pinta de doler, por cierto, deberías ver esto.- Respondió Benjamín sacando una declaración de una testigo que fue a la policía.- ¿Te acuerdas del cabrón que se libró del juicio cuando estabas en el hospital? Ha muerto, su cráneo estaba todo incinerado y su casa ardiendo, una mujer que llegó a la comisaría y nos dijo que una mujer rubia, de unos 20 años, vestida con una blusa roja y unas mallas negras atacó a su captor y ella huyó.
- Bueno, ¿sabes qué? tú tienes mas experiencia con las cosas sobrenaturales que yo. Por cierto, ¿Qué tal te va con Anna?
Volviendo con Diana, consiguió sin apenas esfuerzo que el traficante se fijase en ella. El traficante le llamó.
- Niña, si vienes conmigo y me haces un "trabajito" te pagaré bien.
- Acepto.- Dijo Diana costosamente, aun sabiendo que no iban a hacer nada, el traficante era un gordo de unos 50 años asqueroso y repulsivo.
Cuando iban en la limusina del traficante este intentó meterle mano a Diana, quien se alejó diciendo:
- Hasta que no lleguemos, nada.- Diana hizo esto por motivos obvios, aunque evitar que le tocase era prioridad, ya que si le tocaba se quemaría y saldría mal parada.
Llegó a la casa del traficante y rápidamente fueron a la habitación, allí el traficante quiso quitarle la blusa a Diana, pero antes de que le hiciese nada, se quemó y no pudo hacer nada. Diana entonces le cogió del cuello y este empezó a quemarse hasta que se le derritió tanto que la columna vertebral se rompió y se le cayó la cabeza.
Diana había acabado con el traficante, sin embargo notó que la observaban, no, mejor dicho, notó una presencia que la espiaba, pero no la observaba. Diana salió sigilosamente de la habitación y mató por la espalda al guardaespaldas haciendo arder su mano y quemándole la cara. Diana volvió a su "casa".