El gran error

shinhy_flakes

Jinete Volad@r
Miron
Bakala
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Cuando quise investigar sobre los libros prohibidos, no creí que encontrara un ritual satánico... Suelo llamarme Helena Venom, pero no es mi verdadero nombre.
Mis amigas y yo encontramos una página en internet sobre los libros prohibidos, semejantes al reconocido Necronomicón. Llevé mi PenDrive a casa de mi amiga donde había internet y allí grabé una página que encontramos.
En la última parte de la página había un ritual para convocar a Lucifer (el diablo, satanás, etc.). A todas nos dio curiosidad, pues ya habíamos realizado unos pocos rituales de magia Blanca para deshacernos de personas malas... Pero ese ritual nos pareció especialmente peligroso y difícil.
Decidimos olvidarnos del descabellado asunto, pero a mí se me quedó dando vueltas en la cabeza durante todo el día. Ya de regreso en mi casa, no creí que mi amiga, Willennis, recordara el asunto, pero me envió un mensaje de texto diciéndome que "no podía olvidar aquel ritual y que quería realizarlo, por más peligroso que fuera".
Yo le dije que no era peligroso, pero ella seguía insistiendo. "No, no tengo miedo", le contesté, "Pero no me agrada ese ritual".
"Yo no creo que funcione", me dijo ella, intentando convencerme.
"Vamos a hacerlo, no creo que suceda nada malo..."
"Está bien, está bien... Hagamos el ritual, pero tú serás la principal."
Al día siguiente, la noche del día siguiente, nos reunimos en su casa, que estaba completamente sola, y seguimos cada indicación del dichoso ritual.
"Lo haré sola, ¿verdad?" me preguntó ella.
"Sí, recuerda que es un ritual individual."
En verdad yo estaba muy aterrada, temía qué le sucedería algo a ella, porque estaría en "contacto directo" con lo sobrenatural del asunto, pero igual la ayudé a preparar todo y luego salí de la habitación, cerrando la puerta detrás de mí con los ojos cerrados.
Me senté en el suelo, al lado de la puerta. Comencé a tronarme los dedos para pasar el nerviosismo, pero no se me pasaba. En la casa reinaba un silencio sepulcral, que yo no estaba dispuesta a romper de ninguna forma, así que me mantuve quieta, como una estatua, intentando no hacer ningún ruido. Cuando estaba en el momento de más concentración y en el momento en que todo estaba en un silencio profundo, todo comenzó a temblar.
Me recosté en el piso, tapándome la cabeza con las dos manos pues parecía que el techo caería en cualquier momento sobre mí. Seguido de esto un rugido, de una bestia completamente furiosa, hizo que me tapara los oídos, y deseara ser sorda. De repente, cuando creí no soportar más tantos sentimientos mezclados a la vez, todo pasó, tan repentinamente como comenzó.
Lo primero que hice, cuando me levanté y pude poner mis pensamientos en orden, fue llamar a mi amiga por el sobrenombre que yo misma le había puesto: "Willy, Willy". Pero ella no contestaba. La desesperación que sentía era tan fuerte que comencé a golpear y patear la puerta llorando.
Cuando me dí por vencida, y caí de rodillas frente a la puerta, llorando, diciéndome a mí misma que mi amiga ya no volvería jamás.

"Despierta, despierta", me gritaba alguien, "Despierta ya".

Abrí mis ojos y vi a otra de mis amigas, Carla, con cara de preocupada.

"¿Que te sucedió?"
Yo no entendía nada.
"Vine a buscarte y te encontré dormida, llorando y gritando 'Willy a muerto'.
Me quedé de piedra al escuchar esto. Me dije a mí misma en mis pensamientos: "Tuve un mal sueño...". Ella me miró como si yo estuviera loca, pero yo no le presté atención, estaba demasiado concentrada en celebrar mentalmente que todo había sido un sueño. Cuando llegamos a la universidad y nos sentamos en los asientos de siempre, notamos que una de nuestras amigas faltaba, era Willy.
Yo estaba un poco preocupada, pero como conocía a Willy muy bien, sabía que ella se retrasaba mucho. Pero no llegó en toda la clase. Cuando la clase terminó y nos disponíamos a salir del aula, la mamá de Willy llegó y nos dijo: "Chicas, ha pasado algo terrible... Esta mañana, cuando volvimos del viaje, encontramos a Willy en su habitación, muerta".
Casi me desmayo al oír esto, pero permanecí en pie para escuchar lo siguiente: "En el cuarto había muchos instrumentos de brujería... En su pecho había unas marcas, como de manos, que quemaron su pecho... Nadie se explica cómo sucedió". Segundos después, caí en el piso, desmayada.
Aún hoy no puedo convencerme a mí misma de lo que sucedió. Ella hizo el ritual, cosa que yo soñé y no logro explicar como lo soñé ni porqué. Lo único que digo es: "NO es bueno hacer rituales. Y menos a solas."