El payaso Altair

shinhy_flakes

Jinete Volad@r
Miron
Bakala
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Pasé 27 años de mi vida jodiendo a la gente, a mis padres y a algunas personas, la única cosa buena que hice fue la misma que acabó con todo, pero es igual, no tenia nada que perder, mi vida era una mierda, mis padres me abandonaron cuando tenia apenas pocos meses de haber nacido y me dejar tirado en el peor de los lugares que pueden existir en este mundo. Mi nombre es Franco y hace 30 años que estoy muerto.

Todo paso en el año 1971 en el país de Argentina, Buenos Aires en la localidad de Quilmes para ser mas detallado. Como dije antes los hijos de puta de mis padres me dejaron a mi suerte, hubiera sido mejor que me tiraran a un contenedor de basura y me hubiese muerto de hambre, ya que tuvieron la puta idea de dejarme en la puerta de un "Orfanato Católico". Odio con todas mis fuerzas a mis padres por dejarme en ese horrible lugar, no me importa si no sabían las cosas horrendas e inhumanas que se acontecían en ese lugar. Por fuera era un Orfanato inocente como cualquiera de la época, pero por dentro, todas las noches se practicaban rituales satánicos, en otra palabras era el infierno disfrazado de cielo.

Los niños eramos maltratados horriblemente, nos obligaban a hacer trabajo pesado y a los niños que no sobrevivían los cortaban en pedazos y nos obligaban a comérnoslo, teníamos que asistir en todos los actos y lo peor era que todos los meses colocaban un bebe en una especie de pesebre en medio de un pentagrama, lo rodeaban todos los padres y espesaban a masturbarse en la criatura, luego de haber eyaculado en él, sacaban las tijeras, empezaban contándole los dedos de los pies, luego los de las manos, mientra el bebe llora desesperada mente, el pequeñito se siente asustado y confundido, luego sacan el famoso cuchillo y le cortan los brasitos y las piernitas, luego lo violan entre los 24 padres hasta que el infante muere, toman una copa grande, la llenan de la sangre del bebe y entre todos tomaban un sorbo cada uno, así era una vez por mes.

Si quieren saber como consiguen los bebes, simple, secuestraban niñas de entre 13 a 16 años, las violan para embarazarlas y cuando dan a luz al bebe lo usaban para sus practicas.

Si no obedecíamos nos golpeaban con un látigo que le colocaban un pedazo de metal afilado para que al impactar con la carne esta se abriese llegando a casi tocar el hueso. Yo era el mas problemático, ya sabía que lo que hacían estaba muy mal y por esa razón renegaba tanto. Pasaron 15 años, todos los que antes eran niños ahora son solo perras de los curas, solo marionetas que les colocaron hilos a base de latigazos, pero yo no, al pasar tanto tiempo me propuse un objetivo: Salir de ese lugar sea como sea. Mi plan era sencillo, era día de limpieza, era el único día que estaba en la cocina, ergo, cerca de los cuchillos, tenia que lavar los platos y esperar a que el cura que me vigilaba se acerque lo suficiente para clavárle el cuchillo en su garganta.

Todo estaba saliendo bien, el cura se me acerca lentamente, me manosea el culo mientras babea, me empieza a bajar los pantalones, pero fui rápido y logre apuñalarlo.Estaba totalmente segado a tal punto que en vez de una sola apuñalada, termine dándole 16. Para mi mala suerte esa acción provocó que todo el mundo escuchara sus gritos eufóricos. El plan estaba a punto de cagarse, pero se me ocurrió saltar por la ventana de la cocina, me rompí el brazo al caer, pero por suerte logre escaparme de ese infierno.

La vida en la calle no fue para nada fácil, no sabía escribir ni leer en ese momento, no sabía lo que era un trabajo de verdad, no sabía nada. Para poder sobrevivir tuve que robar, y al hacerlo era ágil, no pensaba en nadie más que en mi, todo era una puta mierda.

Pase 2 años de frió, hambre y miseria, hasta que de repente, ocurrió algo que cambio mi vida por completo. Un chico joven llamado Nagüel se me acerco y me dijo:

-¿La vida es dura no?

Yo no tuve conversación con nadie en 2 años, no sabia como responder a eso, asi que me quedé callado.

-Tranquilo, yo tengo una solución

De su bolsillo saca una especie de papel enrollado en unas hojas (con el tiempo de di cuenta que era un porro), me lo da y lo prende con un encendedor, al fumarlo la verdad me sentí muy tranquilo, no pensaba mas en toda la mierda que me estaba pasando en ese momento.

Él me contó que tenia muchos mas, pero si los quería tenia que trabajar para su grupo. Yo no tenia nada que perder, así que acepte sin pensarlo 2 veces. Me llevó a un galpón enorme en donde la gente plantaba y comercializaban marihuana, me dieron techo y comida, y lo único que tenia que hacer era cultivar y salir a las calles a venderla, me enseñaron a contar, a leer y a escribir, en otras palabras, si no fuese por ellos en este momento no estuviera escribiendo este libro, me curaron mi brazo roto, eran como los padres que nunca tuve.

Mi entusiasmo era tan grande que los chicos me empezaron a pagar con dinero para que me compre ropa, comida, etc. En la peatonal de Rivadavia (Centro de Quilmes) fui a comprar lo que me recomendaron, pero me llamo mucho la atención una pequeña librería situada en una esquina, yo ya sabia leer, había leído algunos libros que mi banda me prestaba, pero nunca tuve uno propio. Revisé millones de portadas, títulos y descripciones, hasta llegar a uno que me llamo mucho la atención llamado "El Payaso Altair", la historia de un payaso que cada vez que un niño se sentía triste él los visitaba y les obsequiaba juguetes, dulces y globos. Lo compré con el dinero justo y lo leía todos los días hasta acabármelo, siendo sincero me encanto el libro y empecé a tener una gran admiración hacia ese payaso. Me compre una nariz de goma-espuma y un par de telas para crear mi disfraz de Altair, mi banda se cagaba de risa cuando me veía así vestido y maquillado como payaso, la verdad pensaban que estaba bien drogado, ya que yo era el que mas consumía del grupo.

Un día como cualquiera salí a trabajar, pero ese día ocurrió lo que nunca pensé que me iba a a ocurrir, un hombre encapuchado se me acerco por detrás y logró robarme mi mochila donde estaban toda la mercancía, ese hijo de mil puta me cago la vida, tuve que avisarle al jefe, para mi sorpresa, él no me creyó, dijo que yo escondí la mochila en algún lado y logre consumirme todo el contenido, e de admitir que consumí algo, pero no todo.

EL jefe estaba furioso, quería que le pague hasta el ultimo centavo por esa mercancía o si no me lo quitaría todo. Yo ya sabia lo que era vivir en la calle y no quería pasar por esa mierda de nuevo.

Necesitaba buscar trabajo rápido para poder pagarle al jefe. Se me ocurrió una idea, me puse mi disfraz de payaso, dibuje una sonrisa en la boca y dos rombos enormes en los ojos, me coloque mi peluca azul y me dispuse a ir a plazas del centro a vender globos, dulces y juguetes (hechos por mi) para los niños. Ganaba muy bien, estuve unos 7 meses laborando de eso ya tenia casi el dinero para dárselo al jefe. Me emocionaba la manera en las que los niñas me veían y se dibujaba una sonrisa en sus caras, era como si les estuviera vendiendo felicidad pura.

No era extraño que me quedara hasta las 2 de la madrugada en la plaza, mucho niños en esa época jugaban a esa hora, sobre todo los que vivían cerca. Pero, decidí cambiar de plaza a otra que se llamaba "Plaza de la Cruz" una plaza con una cruz enorme en el centro de la misma (de ahí su nombre), los vendedores me hablaron bien de esa plaza, por esa razón decidí vender en esa zona.

Al contrario de las otras plazas, esta cuando se hacia de noche no había nadie, hasta que vi una nena jugando sola en la oscuridad. Traté de llamar su atención, pero ella no estaba interesada en las cosas que tenia, así que me di por vencido con ella y me aleje un poco mientras la niña seguía jugando. Pasaron 10 minutos, yo ya me estaba por ir al galpón a darle lo que gane al jefe, pero algo me detuvo, una voz me dijo que mirara hacia atrás, me decía que la niña estaba en peligro. Me volteé para buscarla y estaba ella con un hombre grande, me acerque un poco, podía ser que el hombre era el padre de la niña, escuche que el hombre alto le estaba hablando de dios y de todas esas cosas, creí que era algo normal, hasta que todo mi cuerpo se erizo cuando me di cuenta de que ese hombre "religioso" era uno de los curas de el orfanato. No me iba a callar. No esta vez.

-¡DÉJALA EN PAZ, HIJO DE MIL PUTAS!

La nena se asusto y quiso salir corriendo del lugar, pero el enfermo la tomo del brazo muy fuerte, mi cuerpo empezó a temblar, hasta que una voz en mi cabeza me gritaba:

"¡MERECE MORIR! ¡NO DEJES QUE LE PASE LO MISMO A ESA NENA!"

Mi cuerpo reacciono y corrí hacia el para taclearlo, era como tener 15 años de nuevo, agarre una piedra del piso y empece a golpear su cabeza. La Voz me decía:

"APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA APLASTA SU CABEZA"

El hijo de puta saco un cuchillo y logro clavármelo en el riñón, pero no me detuve, me estaba desangrando y no me detuve, mis ojos empezaron a nublarse y no me detuve, la voz me decía que no me detenga y no me detuve, su cabeza se abrió por completo y no me detuve.

La voz se cayo, me sentía débil, no podía ver, era mi fin. Me pude sentar en el suelo en frente de la cruz, ya no podía mover mi cuerpo. Cuando de repente veo una sombra que se acerca, cuando pude distinguir quien era, creí que estaba soñando, era el Payaso Altair.

-Todavía no es el fin Franco, los niños necesitan a alguien que los proteja, ellos nos necesitan.

Siento como su espíritu se fusiona con el mio, ya somos uno. Podía ver mi cuerpo ensangrentado en el suelo, ya no era humano, tampoco un fantasma, soy el ángel de la guarda de todos lo niños del mundo, ya no soy Franco, mi nombre es El payaso Altair.

Si se preguntan que le paso al orfanato, simple: Logré sacar a todos los niños de ese lugar e incendié el orfanato con los curas dentro, sin darle ninguna oportunidad que salgan. Esa fue la ultima vez que esa iglesia brilló.

PIDO DISCULPAS AL NIÑO QUE SE OLVIDO DE ESTA MOCHILA EN LA PLAZA, SOLO QUERÍA CONTAR MI HISTORIA, COMO SOLO LOS NIÑOS QUE SON MALTRATADOS ME PUEDEN VER, NO PUEDO COMUNICARME CON NADIE MAS. PERO, SI QUIEREN VERME SOLO DEBEN IR A LA PLAZA DE LA CRUZ, AHÍ ESTARÉ, REGALANDO GLOBOS, JUGUETES Y DULCES.