Detrás de este dibujo animado de corte educativo se esconde una historia tenebrosa basada en las terribles experiencias que vivió un niño que asistía a una escuela aparentemente normal, pero que en realidad ocultaba un secreto malévolo personificado en una ‘carismática’ profesora llamada ‘Ricitos’.
Una escuela primaria en una ciudad de Massachussets contaba con amplias recomendaciones, pues habían escuchado cómo los estudiantes de dicho centro de estudio contaban con entusiasmo acerca de lo mucho que aprendían en sus excursiones. Estas eran descritas como ‘fantásticas’ e inclusive ‘fuera de este mundo’, algo que parecía ‘mágico’.
Un día, la clase de alumnos de 12 años de la profesora ‘Ricitos’ recibió a un alumno nuevo llamado Arnoldo. Los padres de este muchacho habían oído acerca de la excelente reputación de la escuela y de la pedagoga, así que decidieron matricularlo. Arnoldo era un chico temeroso, desconfiado y sobre todo escéptico para algunos temas como la magia; estas características de su personalidad, lamentablemente, fueron lo que sentenció al niño a vivir una ruina.
El mismo día en que Arnoldo se incorporó al salón de clases de la profesora ‘Ricitos’, hubo una excursión. En su curiosidad, Arnoldo preguntó a sus compañeros acerca de las excursiones y estos describían cosas increíbles que, naturalmente, Arnoldo descartó inmediatamente como posibles.
Llegó la hora del paseo y los niños ya estaban en el autobús. La única que faltaba era la profesora ‘Ricitos’. Arnoldo preguntó por ella, pero los otros niños no supieron qué responder, mas solo que las excursiones siempre los hacían dormir a todos y que cuando despertaban ya se encontraban en el destino y junto con la maestra.
Dicho esto, repentinamente, todos los alumnos comenzaron a sentir un sueño repentino y durmieron profundamente. Tal como uno de los compañeros de Arnoldo explicó, ya se encontraban en el destino (en esta ocasión, estudiaban el océano y, aparentemente, se hallaban en las profundidades) y junto con la ‘Ricitos’. Fantásticas cosas ocurrieron: nadaron junto con los peces, medusas, entre otros animales, y hasta podían respirar bajo el agua.
Terminada la aventura, los chicos volvieron a caer en un profundo sueño y al abrir los ojos, ya estaban de regreso en la escuela. Arnoldo quedó fascinado con la experiencia, pero no podía apartar de su mente una preocupación: ¿qué hizo que se durmiera dos veces durante la excursión?
Al día siguiente, Arnoldo se dio con la sorpresa de que la clase de la profesora ‘Ricitos’ iba a salir de nuevo a una excursión. Esto le pareció sospechoso, pero no demasiado como para no animarse a salir de nuevo con sus nuevos compañeros. No obstante, Arnoldo comentó que hubiera preferido quedarse en su casa, ya que había amanecido con un fuerte resfriado y que se le hacía difícil respirar.
Pronto, todos los niños estaban nuevamente en el autobús y cada uno se fue quedando dormido con los ojos entreabiertos excepto Arnoldo. Este se dio cuenta de que había algo denso dentro del vehículo que le irritaba la vista y llegó a la conclusión de que estaban rociando con gas el interior del dichoso ‘autobús mágico’.
Lo siguiente que vio es que una figura encapuchada subió al autobús y pronto reconoció que se trataba de la ‘Ricitos’, pues inmediatamente comenzó a decir unas palabras para que los niños repitieran de tal forma que no recordaran nada de lo que iba a suceder. Arnoldo siguió el juego, pues sabía que se metería en serios problemas si trataba de huir.
La profesora ‘Ricitos’ ordenó luego a los alumnos bajar del autobús – este no se había movido en lo absoluto – y volvieron a las instalaciones de la escuela hasta un pasadizo que daba a un amplio cuarto de proyecciones. Mientras deambulaban por el pasillo, Arnoldo notó una vez más algo denso en el aire, pues su visión se veía afectada otra vez; no obstante, logró observar que sus demás compañeros temblaban frenéticamente. Había un gas que les producía eso y decidió hacer lo mismo porque los estaban vigilando.
Una vez dentro del cuarto de proyecciones – compuesto por pantallas en las cuatro paredes –, comenzó a transmitirse un video. En esta ocasión, el tema de la excursión era ‘el espacio exterior’, así que lo que apareció eran
imágenes del espacio y de la profesora ‘Ricitos’ vestida como astronauta. El video había sido editado para que se diera la ilusión de que la maestra viajaba por el espacio.
Los niños pronto comenzaron a correr por todas partes como si intentaran alcanzar a su educadora. Arnoldo se dio cuenta de que todos estaban alucinando por efecto de los gases que habían respirado. Arnoldo se preguntó ‘¿con qué propósito están engañando así a estos niños?’. Para desgracia del chico, la respuesta no tardó en llegar y fue sumamente espeluznante.
Las imágenes de la ‘Ricitos’ volando por el espacio se intercalaban con otras muy, pero muy breves de un ídolo demoníaco llamado Ayperos. Junto con las imágenes se oían frases para invocarlo. Durante esos in Para Arnoldo, no quedaban dudas de que esa escuela era realmente un lugar en el que lavaban los cerebros a los niños para rituales satánicos en los que bañaban a los niños con sangre animal y los hacían recitar conjuros diabólicos.
Al terminar todo eso, miembros del personal llevaron a los niños a las duchas para limpiarlos, vestirlos nuevamente (no sin antes aprovecharse de ellos) y lavarles el cerebro una vez más para que no recordaran nada de lo que había sucedido. Desde luego, Arnoldo era el único que estaba consciente de toda la brujería detrás de las ‘excursiones’.
Esa misma noche, cuando Arnoldo regresó a casa, quiso advertirles a sus padres acerca de lo ocurrido, pero vio al psicólogo del colegio conversando con sus padres. Estos tenían una mirada perdida – el psicólogo los había hipnotizado – y Arnoldo no tuvo más remedio que pasar de largo e ir a su habitación a llorar desconsolado, muerto de miedo y sin más resignación que volver a la escuela los días subsiguientes hasta saber qué hacer.
Al día siguiente, Arnoldo ya estaba aliviado de su resfrío y ya en el salón de clases dijo para sí mismo: ‘Debí quedarme en casa hoy’. Arnoldo ya sabía lo que pasaría después y no podía hacer nada para remediarlo. Cuando terminó la excursión de ese día, el niño decidió que no soportaría más eso y prefirió huir.
Arnoldo terminó en una cafetería en medio de una carretera y entró para descansar y comer algo. Un hombre se le aproximó y por curiosidad le preguntó qué le había pasado. Arnoldo le relató y su historia y el hombre, quien resultaba ser parte de una productora, se apropió de la historia y produjo un show llamado ‘El autobús mágico’.
El programa se transmitió en todo el país (EEUU), por lo que en la escuela de Arnoldo llegaron a enterarse y temieron que este programa fuera a delatarlos eventualmente. La profesora ‘Ricitos’ emprendió entonces un viaje en busca de Arnoldo y su primer paradero fue la productora en la que se hizo ‘El autobús mágico’.
En conversación con uno de los ejecutivos del programa, la ‘Ricitos’ dio con el hombre que había propuesto la idea de producir el mencionado dibujo animado y fue a verlo. Ya con el hombre, este le contó que sí conocía a Arnoldo y que el niño vivía con él, porque le parecía que podía darle muchas ideas más para el programa. Satisfecha con la respuesta, pero disgustada con el hombre, ‘Ricitos’ sacó un puñal y se lo clavó en el estómago, provocando su muerte. Luego, hurtó sus llaves y documentos y fue a la casa del sujeto. Una vez ahí, encontró a Arnoldo.
“Has sido un niño muy malo Arnoldo. Es tiempo de que conozcas al amo y pagues todas tus faltas”
Dijo la ‘Ricitos’.
Después de esto, se desconoce qué le pasó al niño. Se dice que Arnoldo fue ofrecido como sacrificio durante los rituales satánicos de la escuela y que alimentaron a sus compañeros de clase con su carne; otros cuentan que Arnoldo fue forzado a convocar más niños a la escuela de Massachussets con tal de evitar que asesinaran a sus padres.
A pesar de estos sucesos, el programa ‘El autobús mágico’ siguió transmitiéndose si bien la junta directiva creyó en un comienzo que este podría delatarlos. Se cree que permitieron la vigencia del show, debido a que es muy buena publicidad para su “escuela”, ya que los niños esperan cosas fantásticas de un centro de estudios y el suyo tiene la reputación de poder brindársela.
Nada está confirmado con respecto a ‘El autobús mágico’, pero se ha llegado a pensar que es, efectivamente, una trampa para niños, ya que pocos escucharon rumores del trágico caso de Arnoldo. En todo caso, quienes creen en la veracidad de la historia consideran que el ‘Arnoldo’ de ‘El autobús mágico’ fue creado por el productor asesinado como una advertencia a los padres acerca de las extrañas excursiones que se realizan en el colegio de Massachussets ocultas en el temor de ‘Arnoldo’ quien siempre se lamenta de no haberse quedado en su casa, a fin de no sufrir más en los susodichos viajes.
También se cree que, muy aparte de las advertencias del productor del show, las palabras ‘debí haberme quedado en mi casa hoy’ del ‘Arnoldo’ de ‘El autobús mágico’ son un mensaje que representan el grito de auxilio desesperado del verdadero Arnoldo quien hasta hoy esperaría ser rescatado. La escuela de Massachussets, por obvias razones, ha dicho que ese niño de ‘El autobús mágico’ es un personaje que personifica el miedo a aprender y que los demás niños están ahí para animarlo a formar parte de la aventura del aprendizaje – eso se aprecia en la apertura del programa. Desde luego, ahora ya sabemos qué es lo que sabe Arnoldo.
Una escuela primaria en una ciudad de Massachussets contaba con amplias recomendaciones, pues habían escuchado cómo los estudiantes de dicho centro de estudio contaban con entusiasmo acerca de lo mucho que aprendían en sus excursiones. Estas eran descritas como ‘fantásticas’ e inclusive ‘fuera de este mundo’, algo que parecía ‘mágico’.
Un día, la clase de alumnos de 12 años de la profesora ‘Ricitos’ recibió a un alumno nuevo llamado Arnoldo. Los padres de este muchacho habían oído acerca de la excelente reputación de la escuela y de la pedagoga, así que decidieron matricularlo. Arnoldo era un chico temeroso, desconfiado y sobre todo escéptico para algunos temas como la magia; estas características de su personalidad, lamentablemente, fueron lo que sentenció al niño a vivir una ruina.
El mismo día en que Arnoldo se incorporó al salón de clases de la profesora ‘Ricitos’, hubo una excursión. En su curiosidad, Arnoldo preguntó a sus compañeros acerca de las excursiones y estos describían cosas increíbles que, naturalmente, Arnoldo descartó inmediatamente como posibles.
Llegó la hora del paseo y los niños ya estaban en el autobús. La única que faltaba era la profesora ‘Ricitos’. Arnoldo preguntó por ella, pero los otros niños no supieron qué responder, mas solo que las excursiones siempre los hacían dormir a todos y que cuando despertaban ya se encontraban en el destino y junto con la maestra.
Dicho esto, repentinamente, todos los alumnos comenzaron a sentir un sueño repentino y durmieron profundamente. Tal como uno de los compañeros de Arnoldo explicó, ya se encontraban en el destino (en esta ocasión, estudiaban el océano y, aparentemente, se hallaban en las profundidades) y junto con la ‘Ricitos’. Fantásticas cosas ocurrieron: nadaron junto con los peces, medusas, entre otros animales, y hasta podían respirar bajo el agua.
Terminada la aventura, los chicos volvieron a caer en un profundo sueño y al abrir los ojos, ya estaban de regreso en la escuela. Arnoldo quedó fascinado con la experiencia, pero no podía apartar de su mente una preocupación: ¿qué hizo que se durmiera dos veces durante la excursión?
Al día siguiente, Arnoldo se dio con la sorpresa de que la clase de la profesora ‘Ricitos’ iba a salir de nuevo a una excursión. Esto le pareció sospechoso, pero no demasiado como para no animarse a salir de nuevo con sus nuevos compañeros. No obstante, Arnoldo comentó que hubiera preferido quedarse en su casa, ya que había amanecido con un fuerte resfriado y que se le hacía difícil respirar.
Pronto, todos los niños estaban nuevamente en el autobús y cada uno se fue quedando dormido con los ojos entreabiertos excepto Arnoldo. Este se dio cuenta de que había algo denso dentro del vehículo que le irritaba la vista y llegó a la conclusión de que estaban rociando con gas el interior del dichoso ‘autobús mágico’.
Lo siguiente que vio es que una figura encapuchada subió al autobús y pronto reconoció que se trataba de la ‘Ricitos’, pues inmediatamente comenzó a decir unas palabras para que los niños repitieran de tal forma que no recordaran nada de lo que iba a suceder. Arnoldo siguió el juego, pues sabía que se metería en serios problemas si trataba de huir.
La profesora ‘Ricitos’ ordenó luego a los alumnos bajar del autobús – este no se había movido en lo absoluto – y volvieron a las instalaciones de la escuela hasta un pasadizo que daba a un amplio cuarto de proyecciones. Mientras deambulaban por el pasillo, Arnoldo notó una vez más algo denso en el aire, pues su visión se veía afectada otra vez; no obstante, logró observar que sus demás compañeros temblaban frenéticamente. Había un gas que les producía eso y decidió hacer lo mismo porque los estaban vigilando.
Una vez dentro del cuarto de proyecciones – compuesto por pantallas en las cuatro paredes –, comenzó a transmitirse un video. En esta ocasión, el tema de la excursión era ‘el espacio exterior’, así que lo que apareció eran
imágenes del espacio y de la profesora ‘Ricitos’ vestida como astronauta. El video había sido editado para que se diera la ilusión de que la maestra viajaba por el espacio.
Los niños pronto comenzaron a correr por todas partes como si intentaran alcanzar a su educadora. Arnoldo se dio cuenta de que todos estaban alucinando por efecto de los gases que habían respirado. Arnoldo se preguntó ‘¿con qué propósito están engañando así a estos niños?’. Para desgracia del chico, la respuesta no tardó en llegar y fue sumamente espeluznante.
Las imágenes de la ‘Ricitos’ volando por el espacio se intercalaban con otras muy, pero muy breves de un ídolo demoníaco llamado Ayperos. Junto con las imágenes se oían frases para invocarlo. Durante esos in Para Arnoldo, no quedaban dudas de que esa escuela era realmente un lugar en el que lavaban los cerebros a los niños para rituales satánicos en los que bañaban a los niños con sangre animal y los hacían recitar conjuros diabólicos.
Al terminar todo eso, miembros del personal llevaron a los niños a las duchas para limpiarlos, vestirlos nuevamente (no sin antes aprovecharse de ellos) y lavarles el cerebro una vez más para que no recordaran nada de lo que había sucedido. Desde luego, Arnoldo era el único que estaba consciente de toda la brujería detrás de las ‘excursiones’.
Esa misma noche, cuando Arnoldo regresó a casa, quiso advertirles a sus padres acerca de lo ocurrido, pero vio al psicólogo del colegio conversando con sus padres. Estos tenían una mirada perdida – el psicólogo los había hipnotizado – y Arnoldo no tuvo más remedio que pasar de largo e ir a su habitación a llorar desconsolado, muerto de miedo y sin más resignación que volver a la escuela los días subsiguientes hasta saber qué hacer.
Al día siguiente, Arnoldo ya estaba aliviado de su resfrío y ya en el salón de clases dijo para sí mismo: ‘Debí quedarme en casa hoy’. Arnoldo ya sabía lo que pasaría después y no podía hacer nada para remediarlo. Cuando terminó la excursión de ese día, el niño decidió que no soportaría más eso y prefirió huir.
Arnoldo terminó en una cafetería en medio de una carretera y entró para descansar y comer algo. Un hombre se le aproximó y por curiosidad le preguntó qué le había pasado. Arnoldo le relató y su historia y el hombre, quien resultaba ser parte de una productora, se apropió de la historia y produjo un show llamado ‘El autobús mágico’.
El programa se transmitió en todo el país (EEUU), por lo que en la escuela de Arnoldo llegaron a enterarse y temieron que este programa fuera a delatarlos eventualmente. La profesora ‘Ricitos’ emprendió entonces un viaje en busca de Arnoldo y su primer paradero fue la productora en la que se hizo ‘El autobús mágico’.
En conversación con uno de los ejecutivos del programa, la ‘Ricitos’ dio con el hombre que había propuesto la idea de producir el mencionado dibujo animado y fue a verlo. Ya con el hombre, este le contó que sí conocía a Arnoldo y que el niño vivía con él, porque le parecía que podía darle muchas ideas más para el programa. Satisfecha con la respuesta, pero disgustada con el hombre, ‘Ricitos’ sacó un puñal y se lo clavó en el estómago, provocando su muerte. Luego, hurtó sus llaves y documentos y fue a la casa del sujeto. Una vez ahí, encontró a Arnoldo.
“Has sido un niño muy malo Arnoldo. Es tiempo de que conozcas al amo y pagues todas tus faltas”
Dijo la ‘Ricitos’.
Después de esto, se desconoce qué le pasó al niño. Se dice que Arnoldo fue ofrecido como sacrificio durante los rituales satánicos de la escuela y que alimentaron a sus compañeros de clase con su carne; otros cuentan que Arnoldo fue forzado a convocar más niños a la escuela de Massachussets con tal de evitar que asesinaran a sus padres.
A pesar de estos sucesos, el programa ‘El autobús mágico’ siguió transmitiéndose si bien la junta directiva creyó en un comienzo que este podría delatarlos. Se cree que permitieron la vigencia del show, debido a que es muy buena publicidad para su “escuela”, ya que los niños esperan cosas fantásticas de un centro de estudios y el suyo tiene la reputación de poder brindársela.
Nada está confirmado con respecto a ‘El autobús mágico’, pero se ha llegado a pensar que es, efectivamente, una trampa para niños, ya que pocos escucharon rumores del trágico caso de Arnoldo. En todo caso, quienes creen en la veracidad de la historia consideran que el ‘Arnoldo’ de ‘El autobús mágico’ fue creado por el productor asesinado como una advertencia a los padres acerca de las extrañas excursiones que se realizan en el colegio de Massachussets ocultas en el temor de ‘Arnoldo’ quien siempre se lamenta de no haberse quedado en su casa, a fin de no sufrir más en los susodichos viajes.
También se cree que, muy aparte de las advertencias del productor del show, las palabras ‘debí haberme quedado en mi casa hoy’ del ‘Arnoldo’ de ‘El autobús mágico’ son un mensaje que representan el grito de auxilio desesperado del verdadero Arnoldo quien hasta hoy esperaría ser rescatado. La escuela de Massachussets, por obvias razones, ha dicho que ese niño de ‘El autobús mágico’ es un personaje que personifica el miedo a aprender y que los demás niños están ahí para animarlo a formar parte de la aventura del aprendizaje – eso se aprecia en la apertura del programa. Desde luego, ahora ya sabemos qué es lo que sabe Arnoldo.