Resulta lógico que en una historia relatada únicamente a través de videos caseros queden muchos asuntos sin resolver, entre ellos, la identidad del demonio en todas las ediciones de la saga Actividad Paranormal (Paranormal Activity).
Lo incierto es parte de la mística del found-footage. Solo se nos ofrece una parte de la información, en particular aquella que logran descubrir sus protagonistas. La audiencia, por regla general, es privada de todo aquello que no es registrado en las filmaciones.
Esto no impide que los realizadores vayan dejando pequeñas pistas, rastros que nos permitan saber un poco más acerca de la historia.
Lo que sí sabemos sobre Actividad Paranormal, es decir, aquello que se registra de forma implícita en la historia, es que en algún momento del pasado una familia realizó un pacto con una entidad diabólica.
Poco se sabe sobre los detalles contractuales de aquel pacto, salvo que la familia se comprometía a entregar al primer hijo varón como tributo a la entidad.
Todo parece indicar que esta entidad se relaciona con un misterioso símbolo llamado el Sello de Baphomet: básicamente un círculo dentro de un triángulo.
Esta es la primera pista que podemos seguir con algún grado de certeza.
El Sello de Baphomet, demonio que integra la aristocracia del infierno y cuyo nombre también se asocia a los templarios, aparece en muchos libros prohibidos pero adquiere mayor preponderancia en dos: La llave mayor del rey Salomón (Clavicula Salomonis) y La llave menor de Salomón (Lemegeton Clavicula Salomonis).
Al parecer, el rey Salomón, hábil conjurador de demonios, empleaba el Sello de Baphomet para invocar y controlar a los seres del inframundo. Y no solo eso, sino que pactaba con los demonios para obtener de ellos algún tipo de beneficio, entre ellos, la construcción de su templo.
Los pactos diabólicos del rey Salomón se establecían en términos más bien desiguales. Los demonios se comprometían a ayudarlo a cambio de ser liberados luego de la invocación.
Ahora bien, Salomón utilizaba el Sello de Baphomet para sus invocaciones y pactos, pero éste solo podía ser trazado sobre el suelo; lo cual nos hace pensar que también se trataba de un círculo mágico, es decir, una especie de barrera o umbral que impedía que los demonios lo atacaran durante aquellos ritos blasfemos.
El trazado mágico tampoco era realizado directamente por Salomón, sino por sus espíritus familiares, los Afrit, especie de raza de seres fantásticos relacionados con los Djinns, es decir, criaturas anteriores al advenimiento de la humanidad.
Nada de todo eso resulta visible en la saga de Actividad Paranormal, pero resulta legítimo suponer que aquel pacto primigenio se estableció mediante el empleo del Sello de Baphomet. A lo largo de todas las películas éste aparece continuamente en distintos lugares donde la entidad diabólica se mueve con total naturalidad.
El Sello de Baphomet es ampliamente estudiado por el ocultista Eliphas Levi en sus obras: Dogma y ritual de la alta magia (Dogme et Rituel de la Haute Magie), El gran arcano del ocultismo revelado (Le Grand Arcane, ou l'Occultisme Dévoilé) y La llave de los grandes misterios (La Clef des Grands Mystères).
Habida cuenta de la existencia de aquel pacto no es extraño que el demonio de Actividad Paranormal se comunique frecuentemente con los niños. Solo ellos parecen escucharlo, jugar con él y hasta quererlo, en cierta forma.
Esto es lo que sabemos sobre el demonio de Actividad Paranormal, o bien lo que podemos conjeturar de forma más o menos verosímil. Lo que viene a continuación se parece mucho a caminar a tientas en la oscuridad.
A lo largo de la saga de Actividad Paranormal jamás se ofrece el nombre real de este demonio. Los niños, sin embargo, lo llaman Toby.
Toby podría ser un nombre inventado, el típico nombre simple que un niño utilizaría para darle a un amigo imaginario, sin embargo, en Actividad Paranormal queda claro que el nombre es empleado por varias generaciones de niños, con lo cual la idea de una invención espontánea queda descartada.
Ahora bien, si no se trata de un invento infantil es razonable suponer que el demonio se presenta a sí mismo como Toby, al menos con los niños con los que establece un vínculo o diálogo.
El nombre Toby no se asocia directamente con ningún demonio conocido; sin embargo, en la Inglaterra del siglo XVIII se lo utilizaba coloquialmente para describir a todas las mascotas familiares que no tenían nombre propio; razón por la que luego se lo utilizó como nombre habitual para los perros; en definitiva, servidores del dueño de casa.
Naturalmente, el nombre Toby procede de Tobías; y éste deriva del hebreo Tobhiyyah, que simbólicamente significa: «Yahvéh es mi Dios». Traducido literalmente sería: «el Señor es mi bien». La palabra hebrea Tobhiy significa «bueno», pero también «bien», en un sentido de propiedad.
En otras palabras, Tobías también puede significar «Yahvéh es mío, mi bien, mi posesión».
¿Pero cómo un Dios, un «Señor», puede ser propiedad de alguien?
Probablemente Salomón tendría una respuesta apropiada. La nuestra, mucho más estrecha, sugiere que Toby (Tobias) no es en realidad un demonio, sino un nigromante.
En los oscuros ritos de Salomón se utilizaba la palabra Tobhiyyah para establecer un grado de superioridad con los demonios, es decir, como emblema para que el nigromante se reconozca como amo y dueño de las entidades que invocaba. El hecho de gobernar al Señor, de que el Señor sea propiedad del mago, lo colocaba en una posición dominante con respecto a los demonios.
Esto también queda claro a la luz de otro libro que revela algunos mitos bíblicos: El libro de Tobith, o Libro de Tobías, manuscrito hebreo aceptado como parte del Canon por las comunidades judías de la Diáspora; datos que Oren Peli, autor y director israelí de Actividad Paranormal, tranquilamente podría conocer.
Ahora bien, si el Toby de Actividad Paranormal es, de hecho, un nigromante, no puede cumplir el rol de demonio; lo cual nos hace pensar que no es una sino dos las criaturas paranormales que acechan en las películas.
Una de ellas, Toby, dialoga y juega con los niños, sus «familiares»; es decir, sus Afrits, para que estos dibujen el Sello de Baphomet, el cual funciona en la saga como una especie de aprobación, de invitación, para que la otra criatura, mucho más poderosa, se encargue de cobrar aquel pacto de sangre.
Lo incierto es parte de la mística del found-footage. Solo se nos ofrece una parte de la información, en particular aquella que logran descubrir sus protagonistas. La audiencia, por regla general, es privada de todo aquello que no es registrado en las filmaciones.
Esto no impide que los realizadores vayan dejando pequeñas pistas, rastros que nos permitan saber un poco más acerca de la historia.
Lo que sí sabemos sobre Actividad Paranormal, es decir, aquello que se registra de forma implícita en la historia, es que en algún momento del pasado una familia realizó un pacto con una entidad diabólica.
Poco se sabe sobre los detalles contractuales de aquel pacto, salvo que la familia se comprometía a entregar al primer hijo varón como tributo a la entidad.
Todo parece indicar que esta entidad se relaciona con un misterioso símbolo llamado el Sello de Baphomet: básicamente un círculo dentro de un triángulo.
Esta es la primera pista que podemos seguir con algún grado de certeza.
El Sello de Baphomet, demonio que integra la aristocracia del infierno y cuyo nombre también se asocia a los templarios, aparece en muchos libros prohibidos pero adquiere mayor preponderancia en dos: La llave mayor del rey Salomón (Clavicula Salomonis) y La llave menor de Salomón (Lemegeton Clavicula Salomonis).
Al parecer, el rey Salomón, hábil conjurador de demonios, empleaba el Sello de Baphomet para invocar y controlar a los seres del inframundo. Y no solo eso, sino que pactaba con los demonios para obtener de ellos algún tipo de beneficio, entre ellos, la construcción de su templo.
Los pactos diabólicos del rey Salomón se establecían en términos más bien desiguales. Los demonios se comprometían a ayudarlo a cambio de ser liberados luego de la invocación.
Ahora bien, Salomón utilizaba el Sello de Baphomet para sus invocaciones y pactos, pero éste solo podía ser trazado sobre el suelo; lo cual nos hace pensar que también se trataba de un círculo mágico, es decir, una especie de barrera o umbral que impedía que los demonios lo atacaran durante aquellos ritos blasfemos.
El trazado mágico tampoco era realizado directamente por Salomón, sino por sus espíritus familiares, los Afrit, especie de raza de seres fantásticos relacionados con los Djinns, es decir, criaturas anteriores al advenimiento de la humanidad.
Nada de todo eso resulta visible en la saga de Actividad Paranormal, pero resulta legítimo suponer que aquel pacto primigenio se estableció mediante el empleo del Sello de Baphomet. A lo largo de todas las películas éste aparece continuamente en distintos lugares donde la entidad diabólica se mueve con total naturalidad.
El Sello de Baphomet es ampliamente estudiado por el ocultista Eliphas Levi en sus obras: Dogma y ritual de la alta magia (Dogme et Rituel de la Haute Magie), El gran arcano del ocultismo revelado (Le Grand Arcane, ou l'Occultisme Dévoilé) y La llave de los grandes misterios (La Clef des Grands Mystères).
Habida cuenta de la existencia de aquel pacto no es extraño que el demonio de Actividad Paranormal se comunique frecuentemente con los niños. Solo ellos parecen escucharlo, jugar con él y hasta quererlo, en cierta forma.
Esto es lo que sabemos sobre el demonio de Actividad Paranormal, o bien lo que podemos conjeturar de forma más o menos verosímil. Lo que viene a continuación se parece mucho a caminar a tientas en la oscuridad.
A lo largo de la saga de Actividad Paranormal jamás se ofrece el nombre real de este demonio. Los niños, sin embargo, lo llaman Toby.
Toby podría ser un nombre inventado, el típico nombre simple que un niño utilizaría para darle a un amigo imaginario, sin embargo, en Actividad Paranormal queda claro que el nombre es empleado por varias generaciones de niños, con lo cual la idea de una invención espontánea queda descartada.
Ahora bien, si no se trata de un invento infantil es razonable suponer que el demonio se presenta a sí mismo como Toby, al menos con los niños con los que establece un vínculo o diálogo.
El nombre Toby no se asocia directamente con ningún demonio conocido; sin embargo, en la Inglaterra del siglo XVIII se lo utilizaba coloquialmente para describir a todas las mascotas familiares que no tenían nombre propio; razón por la que luego se lo utilizó como nombre habitual para los perros; en definitiva, servidores del dueño de casa.
Naturalmente, el nombre Toby procede de Tobías; y éste deriva del hebreo Tobhiyyah, que simbólicamente significa: «Yahvéh es mi Dios». Traducido literalmente sería: «el Señor es mi bien». La palabra hebrea Tobhiy significa «bueno», pero también «bien», en un sentido de propiedad.
En otras palabras, Tobías también puede significar «Yahvéh es mío, mi bien, mi posesión».
¿Pero cómo un Dios, un «Señor», puede ser propiedad de alguien?
Probablemente Salomón tendría una respuesta apropiada. La nuestra, mucho más estrecha, sugiere que Toby (Tobias) no es en realidad un demonio, sino un nigromante.
En los oscuros ritos de Salomón se utilizaba la palabra Tobhiyyah para establecer un grado de superioridad con los demonios, es decir, como emblema para que el nigromante se reconozca como amo y dueño de las entidades que invocaba. El hecho de gobernar al Señor, de que el Señor sea propiedad del mago, lo colocaba en una posición dominante con respecto a los demonios.
Esto también queda claro a la luz de otro libro que revela algunos mitos bíblicos: El libro de Tobith, o Libro de Tobías, manuscrito hebreo aceptado como parte del Canon por las comunidades judías de la Diáspora; datos que Oren Peli, autor y director israelí de Actividad Paranormal, tranquilamente podría conocer.
Ahora bien, si el Toby de Actividad Paranormal es, de hecho, un nigromante, no puede cumplir el rol de demonio; lo cual nos hace pensar que no es una sino dos las criaturas paranormales que acechan en las películas.
Una de ellas, Toby, dialoga y juega con los niños, sus «familiares»; es decir, sus Afrits, para que estos dibujen el Sello de Baphomet, el cual funciona en la saga como una especie de aprobación, de invitación, para que la otra criatura, mucho más poderosa, se encargue de cobrar aquel pacto de sangre.