Siempre he sido un condenado, un alma infecta... llevo cometidos diez homicidios y nadie me ha atrapado... pero... lo que hago con los cuerpos de esas personas ¡que mi madre y el mundo me perdonen!
Siempre he temido y detestado mi condición la cuál empeoró con el tiempo. La luz del día es un veneno infecto y la noche una pestilencia de la locura.
La oscuridad está llena del demoníaco calor de marzo y empieza la bestia a rugir en mi interior. Fuí concebido a partir del forzamiento de mi madre y eso me estigmatizó para siempre. Ahora pago el precio pues el monstruo dentro de mí me obliga a ir por más sangre ¡más! ¡Más!
¿Será cierto lo que me contó tío Varo? ¿Porqué soy así? ¿Porqué ésta maldita bestia que mora en mi alma?
Lulú sigue ladrando afuera... he leído que los animales pueden tener un sexto sentido que les permite presentir desgracias. Lulú, calla, calla que papá ya no estará aquí.
Mi depravada condición surgió desde la tierna infancia con el interés morboso por los cadáveres y el gusto por olerlos y tocarlos y empeoró desde la crueldad con animales a la necesidad ¡necesidad! De matar gente.
Tío Varo me contó de una clase de personas que saben cosas... cosas extrañas y prodigiosas... y ha aprendido tanto de ellos que... Dios mío... habla incluso de que está dispuesto a hacer algo grande: Una Historia Salvaje... ¿a qué se refiere? ¿Porqué me causó tanto pánico oírle decir eso y recordarlo?
Ya nada me importa. Estoy harto de mí y del maldito mundo... estoy en la granja de tío Varo a las afueras de Coatepec. He soltado a mi fiel perrita Lulú que ahora ladra como sabiendo mi decisión y no imagino el dolor que causará a mamá al saber de mi muerte y de mis crímenes.
Mis crímenes... hablando de tío Varo, él ha sido muy unido a mí pero eso me asusta un poco por las cosas que dice y la manera en que mira a las mujeres... como lienzos... pero es que es tan perturbadora esa mirada vacía y esa sonrisa enajenada. ¿Es que será como yo?
Ya nada importa, ya no quiero saber nada más.
Y esto me dijo tío Varo y, no sé si me gastó una broma o me reveló la Horrible Verdad que convierte la carne en sal
... y esto me contó.
Sucedió que, a la muerte del Demiurgo, quién creó todo lo que existe, la Oscuridad se desató indiscriminadamente alterando el orden volviendo la Tierra una inmensa roca idiota de océanos hirvientes y explosiones volcánicas pero en el aspecto oculto era la actividad de los Horrores antiguos que hacían enloquecer a la primitiva naturaleza.
Pasaron eras enteras hasta que los Arcanos hallaron las conjunciones estelares propicias para rasgar el Velo logrando que sus Heraldos empezaran a hacer retroceder a los Horrores Exteriores de la Oscuridad, irónicamente, éstos Heraldos fueron los primeros cazadores de monstruos y hoy son buscados por los actuales cazadores humanos.
Pero la victoria completa era imposible debido a que un poderoso Horror que mora en la montaña más alta del mundo. Éste maligno ser atrajo desde los oscuros y helados infiernos cósmicos a una babilónica criatura hecha de roca fría y blanca: la Luna. La cual, a medida que se acercaba, enloquecía a la Tierra entera así como algunos Heraldos caían en salvaje demencia y los Horrores montaban en un glorioso frenesí blasfemo.
Y aquél que mora en la montaña es el innombrable Ra 'Nrah cuya corrupción insana ha infectado a toda la fría ciudad de Novacruz, México... y se dice que al país entero... y no se sabe si el Morador del Monte Majestad atraía a la Luna mediante sus cánticos impíos o si ésta existía en sus sueños y simplemente lograba hacer que saliera del mundo onírico para la perdición del planeta.
Tres lunas colapsaron contra la Tierra cerca de la actual Península de Yucatán y debido a esto el profeta Colibrí Ciego llamó México, el centro de la luna, a la tierra prometida azteca antes de morir en trance después de su visión horrenda. Los Heraldos tuvieron que consagrar lugares para manipular la naturaleza y relentizar el descenso de la luna. Y lo lograron habiendo construído rudimentarios entornos cuya ubicación e interacción con el cosmos lograron enlentecer a la pálida roca de la muerte. Todo bajo la temible sabiduría de los poderosos y crueles Arcanos.
La cuarta luna se acercaba más y más a la Tierra para crear el pandemonio universal, su anterior caída había extinto a los imponentes saurios permitiendo que los mamíferos heredasen el mundo y entre ellos figuraba el hombre primitivo quien, aunque preminentemente animalesco, tenía en las hoquedades de su alma la Chispa Divina, el fragmento bendito del quinto Arcano: El Descendiente quien ofreció su vida para crear a la primera y semidivina raza humana: los Vástagos que involucionaron a penosas formas de vida después de que los Arcanos asesinaran al Demiurgo. Y ese fragmento sagrado facilitó su lenta pero efectiva evolución.
Las oportunas configuraciones astrales permitieron a los Heraldos comunicarse con los toscos humanos, concretamente con las hembras a las cuáles contaron que podían procrear seres de pavorosa potestad con los ritos indicados en los lugares y momentos propicios. Es así como la unión con éstas hembras produjo blasfemos y deformes entes que, en su mayoría, murieron o se convirtieron en abortos vivientes inmortales y éstos fueron los Daimones... pero unos pocos llegaron a lograrse plenamente y fueron llamados Arcontes: los conocidos como nefilims, avatares, annunakis y neteru.
Y sucedió que éstas personas mutaban con los años en gigantes que realizaban temibles prodigios dependiendo cómo configurasen su apariencia de género y empezaron a erigir monumentos megalíticos, ayudados por los hombres que les temían y veneraban. Y éstos monumentos eran más efectivos que montañas, ríos, bosques y volcanes dormidos o despiertos para contener la caída de la luna.
En aquellos tiempos, una pareja conocida como Arcilla y Vida fueron engañados por un horrible Daimón dracónido que mató a su primer hijo: les dijo que, en un tiempo que no recordaban por ser como un sueño, los había convencido de comer un fruto prohibido por un todopoderoso Dios, en un Jardín Radiante donde no había tiempo ni enfermedad ni muerte y la pareja creyó su cruel mentira y la criatura recibe varios nombres en la religión del Libro pero se llama a sí misma Señor Escamas.
A pesar de que podían rebasar la centuria de años y aún más gracias al consumo de carne humana los Arcontes envejecían y su alma se disolvía en la Esencia por lo que algunos prefirieron perpetuarse con Magia tenebrosa deviniendo Daimones.
Por su parte los Arcontes permanecieron fieles mediante tenaces plegarias y sacrificios masivos y recibieron el mensaje de sus temibles señores los Arcanos: podían ser sometidos a un proceso ritual llamado momificación que les permitiría reencarnar en Híbridos humano-Aronte para seguir cumpliendo sus designios. Así lo hicieron y lo hacen hasta hoy aunque el proceso puede resultar parcial creando una persona que, llegada a la adolescencia, empezará a mutar en un monstruoso Cambión que son el origen de los bebés duende europeos, el temible Kallikantzaros eslavo, la pérfida Simiente de Caín entre cultos evangélicos y los nefastos Erev Rav de la Cábala judía.
Los monumentos megalíticos y las poderosas pirámides lograron entorpecer tanto el descenso lunar que ésta estuvo centurias sobre el gran continente occidental pero sucedió que el magnetismo terrestre asimiló a la roca y ésta empezó a rotar alrededor del mundo y su millar de fragmentos desprendidos cayeron como gotas de agua hervida desatando un furioso Diluvio que anegó la Tierra grabándose como estigma en los mitos de los hombres y ésta catástrofe diezmó a centenares de Arcontes abortados así como a muchos Daimones.
Pero los Daimones no pueden ser destruídos tan fácilmente pues sus pervertidas esencias vitales pueden sobrevivir a la disolución física y de ese modo encarnarse en gente impía o en algunos nacidos en circunstancias atroces y éstas personas infectadas con la desastrosa influencia daimónica son el origen de los mitos de hombres lobo, vampiros, no-muertos necrófagos y demonios lascivos y tarde o temprano su tenebrosa naturaleza florece menguando su humanidad surgiendo así la bestia maldita... ¡igual que yo! ¡Somos los condenados en la Tierra!
Llegó la era en que los Híbridos fueron hechos líderes porque manipulaban la Magia deviniendo adorados y temidos e inauguraron esplendorosos imperios, erigieron titánicas construcciones y cultos que fomentaron la adoración de los Arcanos fortaleciendo su nefasta influencia y recrudeciendo la guerra oculta entre ellos. Y éstas terribles potestades son el Rey Errante, la Orderatriz, el Arqueómetra y la Vorágine. Y su poder se extiende en todos los universos y planos de existencia.
Lulú. Ya no ladres, pequeña. Papá consiguió unas cuantos bidones de gasolina como para que esto sea rápido y poco penoso. Último trago de aguardiente.
Enciendo el fósforo. Lulú sigue ladrando. El cerillo encendido cae sobre el rastro de gasolina y ahora el fuego camina con la gracia de un juguetito de cuerda o de una bailarina de ballet hacia los bidones que atascan la bodega.
La luz es hermosa, el calor intenso un deleite y el ensordecedor ruido una bendición. Es la primera vez que creo en
Siempre he temido y detestado mi condición la cuál empeoró con el tiempo. La luz del día es un veneno infecto y la noche una pestilencia de la locura.
La oscuridad está llena del demoníaco calor de marzo y empieza la bestia a rugir en mi interior. Fuí concebido a partir del forzamiento de mi madre y eso me estigmatizó para siempre. Ahora pago el precio pues el monstruo dentro de mí me obliga a ir por más sangre ¡más! ¡Más!
¿Será cierto lo que me contó tío Varo? ¿Porqué soy así? ¿Porqué ésta maldita bestia que mora en mi alma?
Lulú sigue ladrando afuera... he leído que los animales pueden tener un sexto sentido que les permite presentir desgracias. Lulú, calla, calla que papá ya no estará aquí.
Mi depravada condición surgió desde la tierna infancia con el interés morboso por los cadáveres y el gusto por olerlos y tocarlos y empeoró desde la crueldad con animales a la necesidad ¡necesidad! De matar gente.
Tío Varo me contó de una clase de personas que saben cosas... cosas extrañas y prodigiosas... y ha aprendido tanto de ellos que... Dios mío... habla incluso de que está dispuesto a hacer algo grande: Una Historia Salvaje... ¿a qué se refiere? ¿Porqué me causó tanto pánico oírle decir eso y recordarlo?
Ya nada me importa. Estoy harto de mí y del maldito mundo... estoy en la granja de tío Varo a las afueras de Coatepec. He soltado a mi fiel perrita Lulú que ahora ladra como sabiendo mi decisión y no imagino el dolor que causará a mamá al saber de mi muerte y de mis crímenes.
Mis crímenes... hablando de tío Varo, él ha sido muy unido a mí pero eso me asusta un poco por las cosas que dice y la manera en que mira a las mujeres... como lienzos... pero es que es tan perturbadora esa mirada vacía y esa sonrisa enajenada. ¿Es que será como yo?
Ya nada importa, ya no quiero saber nada más.
Y esto me dijo tío Varo y, no sé si me gastó una broma o me reveló la Horrible Verdad que convierte la carne en sal
... y esto me contó.
Sucedió que, a la muerte del Demiurgo, quién creó todo lo que existe, la Oscuridad se desató indiscriminadamente alterando el orden volviendo la Tierra una inmensa roca idiota de océanos hirvientes y explosiones volcánicas pero en el aspecto oculto era la actividad de los Horrores antiguos que hacían enloquecer a la primitiva naturaleza.
Pasaron eras enteras hasta que los Arcanos hallaron las conjunciones estelares propicias para rasgar el Velo logrando que sus Heraldos empezaran a hacer retroceder a los Horrores Exteriores de la Oscuridad, irónicamente, éstos Heraldos fueron los primeros cazadores de monstruos y hoy son buscados por los actuales cazadores humanos.
Pero la victoria completa era imposible debido a que un poderoso Horror que mora en la montaña más alta del mundo. Éste maligno ser atrajo desde los oscuros y helados infiernos cósmicos a una babilónica criatura hecha de roca fría y blanca: la Luna. La cual, a medida que se acercaba, enloquecía a la Tierra entera así como algunos Heraldos caían en salvaje demencia y los Horrores montaban en un glorioso frenesí blasfemo.
Y aquél que mora en la montaña es el innombrable Ra 'Nrah cuya corrupción insana ha infectado a toda la fría ciudad de Novacruz, México... y se dice que al país entero... y no se sabe si el Morador del Monte Majestad atraía a la Luna mediante sus cánticos impíos o si ésta existía en sus sueños y simplemente lograba hacer que saliera del mundo onírico para la perdición del planeta.
Tres lunas colapsaron contra la Tierra cerca de la actual Península de Yucatán y debido a esto el profeta Colibrí Ciego llamó México, el centro de la luna, a la tierra prometida azteca antes de morir en trance después de su visión horrenda. Los Heraldos tuvieron que consagrar lugares para manipular la naturaleza y relentizar el descenso de la luna. Y lo lograron habiendo construído rudimentarios entornos cuya ubicación e interacción con el cosmos lograron enlentecer a la pálida roca de la muerte. Todo bajo la temible sabiduría de los poderosos y crueles Arcanos.
La cuarta luna se acercaba más y más a la Tierra para crear el pandemonio universal, su anterior caída había extinto a los imponentes saurios permitiendo que los mamíferos heredasen el mundo y entre ellos figuraba el hombre primitivo quien, aunque preminentemente animalesco, tenía en las hoquedades de su alma la Chispa Divina, el fragmento bendito del quinto Arcano: El Descendiente quien ofreció su vida para crear a la primera y semidivina raza humana: los Vástagos que involucionaron a penosas formas de vida después de que los Arcanos asesinaran al Demiurgo. Y ese fragmento sagrado facilitó su lenta pero efectiva evolución.
Las oportunas configuraciones astrales permitieron a los Heraldos comunicarse con los toscos humanos, concretamente con las hembras a las cuáles contaron que podían procrear seres de pavorosa potestad con los ritos indicados en los lugares y momentos propicios. Es así como la unión con éstas hembras produjo blasfemos y deformes entes que, en su mayoría, murieron o se convirtieron en abortos vivientes inmortales y éstos fueron los Daimones... pero unos pocos llegaron a lograrse plenamente y fueron llamados Arcontes: los conocidos como nefilims, avatares, annunakis y neteru.
Y sucedió que éstas personas mutaban con los años en gigantes que realizaban temibles prodigios dependiendo cómo configurasen su apariencia de género y empezaron a erigir monumentos megalíticos, ayudados por los hombres que les temían y veneraban. Y éstos monumentos eran más efectivos que montañas, ríos, bosques y volcanes dormidos o despiertos para contener la caída de la luna.
En aquellos tiempos, una pareja conocida como Arcilla y Vida fueron engañados por un horrible Daimón dracónido que mató a su primer hijo: les dijo que, en un tiempo que no recordaban por ser como un sueño, los había convencido de comer un fruto prohibido por un todopoderoso Dios, en un Jardín Radiante donde no había tiempo ni enfermedad ni muerte y la pareja creyó su cruel mentira y la criatura recibe varios nombres en la religión del Libro pero se llama a sí misma Señor Escamas.
A pesar de que podían rebasar la centuria de años y aún más gracias al consumo de carne humana los Arcontes envejecían y su alma se disolvía en la Esencia por lo que algunos prefirieron perpetuarse con Magia tenebrosa deviniendo Daimones.
Por su parte los Arcontes permanecieron fieles mediante tenaces plegarias y sacrificios masivos y recibieron el mensaje de sus temibles señores los Arcanos: podían ser sometidos a un proceso ritual llamado momificación que les permitiría reencarnar en Híbridos humano-Aronte para seguir cumpliendo sus designios. Así lo hicieron y lo hacen hasta hoy aunque el proceso puede resultar parcial creando una persona que, llegada a la adolescencia, empezará a mutar en un monstruoso Cambión que son el origen de los bebés duende europeos, el temible Kallikantzaros eslavo, la pérfida Simiente de Caín entre cultos evangélicos y los nefastos Erev Rav de la Cábala judía.
Los monumentos megalíticos y las poderosas pirámides lograron entorpecer tanto el descenso lunar que ésta estuvo centurias sobre el gran continente occidental pero sucedió que el magnetismo terrestre asimiló a la roca y ésta empezó a rotar alrededor del mundo y su millar de fragmentos desprendidos cayeron como gotas de agua hervida desatando un furioso Diluvio que anegó la Tierra grabándose como estigma en los mitos de los hombres y ésta catástrofe diezmó a centenares de Arcontes abortados así como a muchos Daimones.
Pero los Daimones no pueden ser destruídos tan fácilmente pues sus pervertidas esencias vitales pueden sobrevivir a la disolución física y de ese modo encarnarse en gente impía o en algunos nacidos en circunstancias atroces y éstas personas infectadas con la desastrosa influencia daimónica son el origen de los mitos de hombres lobo, vampiros, no-muertos necrófagos y demonios lascivos y tarde o temprano su tenebrosa naturaleza florece menguando su humanidad surgiendo así la bestia maldita... ¡igual que yo! ¡Somos los condenados en la Tierra!
Llegó la era en que los Híbridos fueron hechos líderes porque manipulaban la Magia deviniendo adorados y temidos e inauguraron esplendorosos imperios, erigieron titánicas construcciones y cultos que fomentaron la adoración de los Arcanos fortaleciendo su nefasta influencia y recrudeciendo la guerra oculta entre ellos. Y éstas terribles potestades son el Rey Errante, la Orderatriz, el Arqueómetra y la Vorágine. Y su poder se extiende en todos los universos y planos de existencia.
Lulú. Ya no ladres, pequeña. Papá consiguió unas cuantos bidones de gasolina como para que esto sea rápido y poco penoso. Último trago de aguardiente.
Enciendo el fósforo. Lulú sigue ladrando. El cerillo encendido cae sobre el rastro de gasolina y ahora el fuego camina con la gracia de un juguetito de cuerda o de una bailarina de ballet hacia los bidones que atascan la bodega.
La luz es hermosa, el calor intenso un deleite y el ensordecedor ruido una bendición. Es la primera vez que creo en